Las diferencias de género en la experiencia del primer coito se encuentran entre las mayores con respecto a la investigación de la sexualidad, pues las mujeres recuerdan haber tenido menos placer y satisfacción que los hombres. Esta “brecha de disfrute” no se ha considerado en las explicaciones de las diferencias de género en el deseo sexual. Sin embargo, el aprendizaje de refuerzo e incentivos se ha destacado entre los modelos recientes sobre el deseo sexual de las mujeres, y los modelos animales no humanos demuestran su impacto en el inicio de la actividad sexual. Evaluamos si el bajo deseo sexual de las mujeres se explica en función de su género o de la experiencia de disfrute en el inicio de la actividad sexual según el género.

Los adultos emergentes (N = 838) proporcionaron cuentas retrospectivas de disfrute físico (orgasmo) y afectivo (satisfacción) con respecto a la primera actividad sexual (hetero)sexual. Replicamos las diferencias de género entre las medidas conductuales, generales y multidimensionales del deseo sexual característico; sin embargo, estuvieron supeditadas a la experiencia y al método de medición.

Cuando se apreciaron sus propiedades multidimensionales cognitivas, el deseo sexual de las mujeres varió con la experiencia del orgasmo en la primera actividad sexual y difirió con el de los hombres solo cuando el orgasmo no se produjo. Estos efectos no se observaron para la satisfacción ni para los hombres. Tampoco los efectos de un evento de control se extendieron más allá del deseo sexual solitario.

Los hallazgos subrayan la importancia de la igualdad del orgasmo y sugieren que su ausencia en el inicio de la actividad sexual puede desempeñar un papel no reconocido en la diferenciación del deseo sexual.