Un estudio australiano muestra que las mujeres quieren soluciones para su disfunción sexual y que el tratamiento hormonal puede ser útil - My Sexual Health

Un estudio australiano muestra que las mujeres quieren soluciones para su disfunción sexual y que el tratamiento hormonal puede ser útil

Aún existen muy pocos tratamientos médicos para la disfunción sexual de las mujeres, y no todos los tratamientos están disponibles en todos los países. Un tratamiento que ofrecen los médicos en muchos países es la hormonoterapia. La hormonoterapia se ha utilizado para tratar los problemas con el deseo sexual, la excitación, el orgasmo y el coito doloroso. Aun así, los tratamientos que incluyen testosterona aún no están aprobados en muchos países, a pesar de que los estudios clínicos demuestran su efectividad.

 

¿Qué esperan cambiar las mujeres con el tratamiento hormonal y qué dice esto sobre cómo ven sus desafíos sexuales?

 

La Dra. Ensieh Fooladi, la Dra. Susan Davis y su equipo de la Universidad Monash en Victoria, Australia, buscaron una respuesta a estas preguntas en un estudio mediante entrevistas en 2014. También preguntaron a las mujeres sobre sus experiencias de disfunción sexual y cómo sentían que este aspecto afectaba sus relaciones. La investigación consistió en un pequeño estudio de diecisiete mujeres, que tuvieron una entrevista presencial antes de una cita con su endocrinólogo (un médico especializado en condiciones y enfermedades relacionadas con las hormonas). Las citas fueron consultas relacionadas con el tratamiento hormonal para la disfunción sexual.

Hallazgos

A partir de las entrevistas con las participantes, surgieron varios temas:

1) Las mujeres indicaron sentir angustia debido a sus experiencias de disfunción sexual, lo que se reflejó en una baja autoestima, tristeza, sentimiento de incompetencia, vergüenza y en sentimientos de culpa.

Una de las participantes detalló: “Creo que es importante para mí [ser sexualmente activa] porque aún me siento muy joven, tengo solo 46 años, y creo que el sexo siempre fue una gran parte de nuestra vida. Para mí, es algo triste que me suceda algo así a esta edad cuando esperaba que me pasara a los 70 años”.

2) A muchas participantes les preocupaba que su disfunción sexual tuviera o pudiera tener un efecto negativo en su relación íntima, lo que fue un motivador importante para buscar atención médica.

Otra mujer compartió: “No es como si nuestro matrimonio tuviera problemas debido a ello, pero definitivamente es algo que a los dos nos gustaría disfrutar, y es algo que a mi marido le gustaría. Es importante para cualquier matrimonio y relación. Supongo que una siempre piensa en otras personas hablando de tener relaciones sexuales de forma regular y se pregunta ‘¿qué me pasa?’”.

3) Varias mujeres en el estudio creyeron que había una relación entre sus problemas sexuales y una “deficiencia hormonal”.

Las mujeres premenopáusicas querían que se comprobaran sus niveles hormonales y las mujeres posmenopáusicas estaban interesadas en recibir tratamiento hormonal. Las mujeres que hicieron comentarios sobre su cuerpo hacían referencia a que “ante la falta de hormonas… necesitaba mantenerme sana y activa”, y “cuando los ovarios comienzan a disminuir, una no tiene nada con qué seguir adelante”.

4) El tratamiento hormonal se consideró como una solución real a sus problemas.

Muchas de las mujeres esperaban que recibir estrógenos o testosterona aumentaría el deseo sexual, la excitación, la frecuencia de los orgasmos y, en general, mejoraría su vida sexual. Varias participantes esperaban recuperar la energía que creían que les faltaba y, en algunos casos, se sentían motivadas por otras mujeres que habían experimentado estos efectos después del tratamiento hormonal.

 

Una participante de 53 años compartió: “Soy una mujer joven, sana, feliz… me gustaría no sentirme como si tuviera 80 años a veces”.

 

Las participantes que experimentaron dolor durante el coito esperaban que el tratamiento hormonal aliviara estos síntomas.

Seguimiento del tratamiento

Tres a cuatro meses después de la entrevista y la consulta con el endocrinólogo, las participantes recibieron una llamada de seguimiento para averiguar cómo estaban respondiendo a sus tratamientos prescritos, que pueden haber incluido estrógenos, ospemifeno (que afecta a los receptores de estrógenos), tibolona (una progesterona sintética) y testosterona. Diez de las 17 mujeres respondieron.

 

Las pacientes que recibieron tratamiento hormonal, incluida la testosterona, respondieron de forma positiva, pues informaron tener mejoras en el estado de ánimo, un deseo sexual restaurado, menos dolor durante el coito, una reducción de los síntomas menopáusicos y una mejora de la relación con su pareja sexual.

 

Las mujeres que recibieron tratamiento hormonal sin testosterona también notificaron beneficios, aunque un poco más leves, como una libido ligeramente mejorada, lubricación mejorada, mayor espontaneidad en su relación y reducción de los sofocos.

 

Algunas mujeres notificaron un beneficio leve o nulo como resultado del tratamiento.

Es importante tener en cuenta:

Dado que este fue un estudio muy pequeño, los resultados aquí pueden no ser generalizables a todas las mujeres. Sin embargo, los temas que surgieron en las entrevistas, así como las respuestas al tratamiento, pueden ser interesantes para investigar con mayor profundidad y con una población mayor.

Artículo de referencia:

Fooladi E., Bell R.J., Whittaker A.M. and Davis S.R. (2014). Women’s expectations and experiences of hormone treatment for sexual dysfunction. 17(6):674-81.